María Chivite lo tiene claro: gobernaría con UPN y Vox con tal de tocar moqueta





María Chivite nunca deja de sorprendernos: logró los peores resultados del PSN en su historia (2015), se alineó con UPN y frente al Gobierno del cambio en los últimos cuatro años, y ahora pretende tocar moqueta al precio que sea. 

La candidata socialista no rechazaría la investidura con UPN o Vox: "Si es con mi programa, me da igual quién me haga presidenta; no se pueden rechazar los votos". A Chivite, subida a la ola de Pedro Sánchez, parecen importarle escasamente las políticas progresistas que se han llevado a cabo en Navarra estos últimos cuatro años.

El PSN, lo han demostrado en reiteradas ocasiones, no es un partido de fiar y su socio habitual es UPN, con los que se tiran los tratos en campaña y a los que apoyan cada vez que pueden. Ya lo advierten algunos gurús de Madrid como Arsenio Escolar: Pedro Sánchez está dispuesto a entregarle Navarra a la derecha con tal de conseguir su investidura sin necesitar los votos del independentismo catalán y vasco.

Navarra es de nuevo cuestión de Estado para alegría de UPN, que no alcanzará ni el 35% pese a coaligarse con un partido agotado por la corrupción y con una formación antiforalista. Esparza sabe que María Chivite es su bastón tras el 26-M: regalarían la investidura a Sánchez con tal de recuperar el Gobierno foral, y su plan b es investir al PSN para revertir todas las políticas sociales posibles y recuperar Pamplona.