Las siete claves de las elecciones forales del 26-M





La campaña electoral llega este viernes a su fin y en Navarra, como siempre, se conformará un Parlamento muy fragmentado. Repasemos las siete claves de las forales: 

1- Navarra Suma necesita recuperar fuerza

Javier Esparza se juega el domingo su carrera política. El líder de la oposición logró unos resultados muy decepcionantes en 2015, no ha logrado recuperar el brío perdido por los regionalistas en estos últimos cuatro años y ahora ha cosido a martillazos un pacto con la derecha estatal, Ciudadanos y PP, residual en Navarra.

El 26-A Navarra Suma se dejó 20.000 votos respecto a los números que lograron UPN-PP y Ciudadanos en 2016. 17.000 votos fueron a parar a Vox, que podría pagar el desánimo que les ha invadido por sus fríos resultados y por la etiqueta de voto inútil. La extrema derecha no tendrá fácil alcanzar el 3% del voto tras su tortazo en las generales y podría quedase fuera del Parlamento.

2- El problema de UPN

UPN tiene un problema: su victoria podría no servirle de nuevo para gobernar. Su incapacidad para tejer pactos, sus ataques al PSN y la eterna mayoría progresista en el Parlamento les hace jugarse la partida a una carta: asustar a Ferraz, chantaje que les salió bien en 1996, 2007 y 2014.

Javier Esparza no tendrá fácil gobernar, pero desde la derecha mediática ya se está deslizando un 'plan b': que Navarra Suma apoye a María Chivite como presidenta a cambio de recuperar Pamplona con Enrique Maya. El PSN afirma que "no es no". Pero ya saben...

3- Tranquilidad en Geroa Bai

Geroa Bai cuenta con unas excelentes expectativas a nivel interno, creen que obtendrán premio por la estabilidad gubernamental y el tirón electoral de Uxue Barkos puede contribuir a que una coalición sin apenas estructura vuelva a gobernar Navarra.

Este marca podría mejorar sus números de 2015 y su hoja de ruta pasa por volver a reeditar el 'Gobierno del cambio' junto a Euskal Herria Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, que según el sondeo publicado ayer por el Noticias están al borde de la mayoría con 25 escaños.

4- María Chivite a la estela de Sánchez

El PSN llevaba un cuarto de siglo perdiendo votos, entre la corrupción y su colección de traiciones, pero su resurrección estatal de la mano de Pedro Sánchez podría contribuir a que María Chivite deje de ser un jarrón chino en el Parlamento.

Chivite quiere gobernar con el apoyo de Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, pero no parece factible que Navarra Suma y EH Bildu se abstuviesen de bloquear la legislatura ante un gobierno de estas características. El PSN, colección de traiciones y cabaña de oportunistas, quiere resucitar.

5- El Cambio light

Sobre la mesa se presumen cinco opciones para conformar mayoría: Navarra Suma con el apoyo del PSN, Chivite con el apoyo de Esparza, un nuevo Gobierno del cambio con el cuatripartito, el PSN con el apoyo de Geroa y Uxue con el apoyo de los socialistas.

Estas dos últimas opciones podrían acabar con un 'Cambio light' que dependería del PSN, que tiene serias dificultades para ejecutar políticas de izquierdas. La sintonía entre el PSN y el PNV en Madrid y Bilbao ayudarían a ello. Nunca tan poco, María Chivite, tiene tantas opciones.

6- Las izquierdas

Euskal Herria Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra concurren a las elecciones forales con algunas dudas. En la coalición abertzale están confiados por su voto fiel, pero Chivite, Barkos y Esparza podrían dejarles en fuera de juego pese a que Geroa Bai afirma que no aceptará vetos de los socialistas.

En Podemos, eslabón débil del Cambio, se han cosido algunas heridas internas, se ha dejado atrás el culebrón protagonizado por Laura Pérez y el buen resultado que obtuvieron en las generales genera cierta confianza.

Izquierda-Ezkerra cree que puede duplicar resultados y apuesta por el Cambio. La coalición integrada por Izquierda Unida y Batzarre estrena candidata, Marisa de Simón, que releva como número uno a José Miguel Nuin.

7- La batalla de Pamplona

Pamplona puede ser moneda de cambio tras el 26-M. Dos opciones están sobre la mesa: la liderada por Joseba Asirón, que podría ganar terreno, y la que encabeza Enrique Maya, que podría ser alcalde como fuerza más votada y sin mayoría.

El crecimiento del PSN y la fragmentación del espacio de Unidas Podemos en tres trozos (Podemos, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra) hace barruntar que será más difícil que la izquierda gobierne Pamplona que lo haga en Navarra.