En 2019 los
riberos y las riberas hemos conseguido una aspiración de muchos lustros: que la
AP-15, la autopista que conecta las dos grandes ciudades navarras [Tudela y
Pamplona] sea gratuita al menos para los viajes de ida y vuelta en la misma
jornada. Es una buena noticia para quienes habitamos en el sur de Navarra pero
también para el norte, porque una conexión menos costosa facilita las
comunicaciones en ambos sentidos. Sirve a los tudelanos y tudelanas que viajan
a la capital para realizar trámites administrativos o recibir tratamientos médicos,
pero también permite facilitar, por ejemplo, un flujo turístico norte-sur que
vertebra nuestra comunidad foral.
El gran
asunto mediático de las últimas semanas es que esa gratuidad no es completa,
puesto que según el Gobierno de Navarra es imposible legalmente dejar de abonar
el IVA de los peajes. El Ayuntamiento de Tudela, en un texto respaldado por
casi todas las fuerzas políticas, ha aprobado una declaración institucional en
la que “considera imprescindible la gratuidad de la AP-15, sobre todo para
corregir las desigualdades que hoy en día todavía existen en la Ribera”. Dicha
declaración concluye instando al Gobierno de Navarra “a que establezca los
mecanismos oportunos para que la gratuidad sea total, y que los usuarios no
deban hacer frente a gasto alguno”.
La posición
de las fuerzas políticas en torno a este asunto es casi unánime, pero no así el
relato de cómo se ha conseguido que la AP-15 sea prácticamente gratuita. Por
eso desde Izquierda-Ezkerra creemos que es importante situar cada cosa en su
lugar, decirle la verdad a la ciudadanía. Si hoy estamos inmersos en este
debate es porque el presidente Miguel Sanz [recordemos, de UPN] prorrogó la
concesión de la autopista a Audenasa en 1997 hasta el año 2029. Y también
porque en el año 2003 el gobierno popular de José María Aznar vendió el 50% de
las participaciones del Estado en dicha sociedad a una empresa privada, a la
que ahora pagamos.
Son
precisamente los herederos políticos de Sanz y Aznar los que hoy presumen de
haber conseguido 12 millones de euros para la gratuidad de la AP-15, pero quizá
habría que recordar que ese importe solo cubriría los peajes de un año, y que
entre 2017 y 2018 la inversión del Estado en Navarra descendió en 80 millones
de euros, siendo la del año pasado la más baja de toda la legislatura. La
oposición política de UPN es, además, experta en enfrentar a los navarros y
navarras entre sí, situando este asunto en un ficticio campo de batalla entre
el norte y el sur, cuando desde la izquierda pensamos que la AP-15 sirve para
conectar el centro y la periferia de Navarra [que cuenta con su propio centro,
Tudela].
Desde
Izquierda-Ezkerra somos conscientes de las dificultades legislativas que
comporta la gratuidad total de la AP-15, pero como dice la declaración
institucional, esperamos que el Gobierno de Navarra encuentre la fórmula
adecuada para que ningún ribero pague por el uso de la autopista que nos
conecta con Pamplona.
Marisa Marqués es concejala de Izquierda-Ezkerra en Tudela
Marisa Marqués es concejala de Izquierda-Ezkerra en Tudela