5 razones para parar










Hace solo un año y medio, miles de polacas convocaron a una huelga de mujeres. Reclamaban contra un proyecto de ley que pretendía penalizar el aborto, incluso el aborto espontáneo o el que se le practicaba a una mujer que había sido violada.Muchos gobernantes, al principio, dijeron que habían "salido a pasear un día laboral", pero la huelga rápidamente produjo un efecto que permitió a las manifestantes medir su fuerza: el Parlamento rechazó el proyecto de ley.


Fue así que las polacas empezaron a contactarse con movimientos de mujeres que estaban madurando en otros países. Pasar de una huelga local al Primer Paro Internacional de Mujeres todavía sonaba a utopía. No lo fue: el 8 de marzo del año pasado, mujeres de al menos 55 países se unieron en un reclamo global y elaboraron sus consignas particulares. Ya no solo exigían políticas públicas para frenar los femicidios, sino que pretendían mostrar las otras formas de desigualdad y violencia cotidiana que viven las mujeres. El color del paro se unificó en violeta.


1. Aborto




Se espera que el #8M haga más presión para el inicio de lo que, se cree, será el debate del año. El eje no es "aborto sí o no", sino mostrar que la mujer que está dispuesta a abortar lo hace como sea, aunque eso implique provocárselo con una sonda o un tallo y terminar muerta por una infección. Se busca que se despenalice, para que no vayan presas, y que se legalice, para que se convierta en un tema de Salud Pública.


2. Femicidios




El problema es que se da un paso para adelante y otro para atrás. Por ejemplo, si bien hay cada vez más medidas de protección y menos subestimación para mujeres en riesgo, ayer mismo la Defensoría General de la Nación en Argentina informó que, en 2017, los denunciados no cumplieron las medidas de protección en más de la mitad de los casos. ¿Conclusión? Una de cada tres mujeres sufrieron nuevos hechos de violencia. Mañana se pedirán políticas públicas efectivas para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres. Además, el cumplimiento Ley de Educación Sexual Integral para combatir la violencia machista desde la raíz.


3. Brecha de género:



La idea de que las mujeres hagan un cese de tareas es mostrar el valor del trabajo de las mujeres en la producción y cuestionar lo que se conoce como "la brecha de género": se calcula que una mujer cobra el 27% menos que un hombre aunque haga el mismo trabajo. En el mercado informal, la brecha es aún más grande.


4. "Eso que llaman amor es trabajo no pago"



Otro de los ejes del #8M será poner en evidencia la carga que significa para las mujeres el "trabajo doméstico no remunerado". Es decir, la creencia de que a las mujeres les toca, por ser mujeres, cuidar a los chicos, a los adultos mayores, cocinar, limpiar. Según datos del Indec, las mujeres destinan el doble de tiempo a hacer las tareas domésticas y de cuidado que los hombres. Que los padres tengan solo 2 días de licencia cuando nacen sus hijos habla de eso: para la ley, no es a él a quien le corresponde quedarse a cuidar.

Pero por ahora, es un compromiso. Y por eso se llama a parar también en casa. Dejar de hacer los trabajos domésticos busca mostrar que muchas mujeres, por tener que ocuparse de este trabajo, solo pueden acceder a trabajos precarios y son las más afectadas por la desocupación. Por eso se sugiere que los hombres que quieran participar del #8M se ocupen de cuidar a los chicos o de las tareas de las que suelen ocuparse ellas.


5. Mujeres trans:

Dejar de ser "invisibilizadas" fue un reclamo que las mujeres trans venían sosteniendo. Especialmente porque los femicidios hablan de mujeres biológicas, no de quienes se autoperciben mujeres. Este año, la bandera central dirá, entre otras cosas, "Paro de mujeres, lesbianas, travestis y trans". El objetivo es que también se repare en los travesticidios o transfemicidios, que son los crímenes de odio contra las mujeres trans.

Vía: Infobae