Felipe VI echa gasolina en lo poco que faltaba por arder








Ni "diálogo", ni una mención a la brutalidad policial y ni siquiera a los miles de catalanes que llenan hoy las calles. Felipe VI se convirtió por unos minutos en portavoz del Partido Popular, unió su destino al futuro del Ejecutivo de Rajoy y habló para la media España conservadora. Felipe VI se retrata con el mensaje borbónico más nefasto que se recuerda en el último periodo democrático, comenzando a cavar su propia tumba. Cree el monarca que todo se calmará exhibiendo la palabra "democracia", que suena cómica en palabras que un sujeto escogido por su ADN y no por las urnas.

Y su única intención es evidente: crear un caldo de cultivo para preparar la decisión del Gobierno de suspender la autonomía catalana, situación irresponsable que abocará a medio plazo a Catalunya a la independencia. En este choque de nacionalismos, español y catalán, la voz de la tercera vía ni siquiera se tiene en cuenta: millones de progresistas piden que los catalanes puedan votar y pedirían el "no" articulando un mensaje con multitud de argumentos que evidencian que la convivencia en común es mejor para todos.

Es evidente que Casa Real es consciente que un mensaje de estas características rompe de forma definitiva los vínculos sentimentales entre España y Catalunya, pero aun así han decidido dar luz verde a echar gasolina a lo poco que quedaba por arder. Felicidades a Felipe VI por ayudar a destrozar la convivencia y por acercarse de paso al exilio...