La izquierda ribera ante la cita electoral que se avecina










Algo de mueve o se debiera mover cuando se supera el ecuador de la legislatura. La izquierda debiera mirar de reojo la cita electoral municipal de 2019, en especial en La Ribera, que ha sido históricamente un bastión progresista en una Navarra donde se anheló durante demasiado tiempo el retorno del Antiguo Régimen. Por eso la extinta Merindad de Tudela es caldo de cultivo para que partidos políticos y agrupaciones locales logren aunar el interés común con la intención de impulsar el mayor número de listas progresistas. Recuerden que a la tradición ugetista y socialista de una Tudela agrícola y republicana le siguió tras la cacería del 36 una respuesta del movimiento obrero: de la presión sindical en la SKF en los setenta a las arengas antifranquistas del inolvidable párroco de Ablitas, Javier Ayesa. Sin olvidarnos de las formaciones trotskistas y maoístas como la ORT o el Movimiento Comunista, que cubrían el hueco en la transición de formaciones mayoritarias a nivel estatal como el PSOE, que todavía tardarían en aterrizar en el sur de Navarra. Esta fuerza a la izquierda de los socialistas se evidenció cuando UNAI logró uno de los dos diputados en aquellas elecciones navarras del 79 zonificadas por Merindades.

Tras el asesinato de Gladys del Estal en el infausto 3 de junio del 79 a manos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la izquierda se hizo adulta y se quitó la venda de la democracia tras comprobar la repugnante sentencia que se dispensó al asesino. Y la nueva izquierda lograría representantes en los ochenta y noventa en localidades como Cascante, Ribaforada, Castejón, Corella o Tudela. Ya en 2015 advertimos y celebramos un evidente giro a la izquierda gracias a los ilusionantes triunfos de Eneko Larrarte, Gorka García y David Álvarez, al frente de los Gobiernos del cambio en Tudela, Corella y Castejón. Sin olvidarnos del trabajo de las sobresalientes listas vecinales, independientes y heterogéneas en Cintruénigo, Cascante, Corella, Fitero, Tudela, Cortes, Valtierra, Castejón o Fustiñana. Listas que deberán crecer a partir de 2019, donde los agentes políticos y sociales de las diferentes localidades deberán ponerse de acuerdo para consolidar el esfuerzo logrado. A nadie se le escapa que algunos esperarán prudentemente la política impuesta por Pamplona sobre la política de pactos preelectorales, pero la política municipal debe advertirse desde una óptica del amor a la tierra, no desde la obediencia al patrón.

Localidades como Milagro, Murchante, Cadreita, Fontellas o Cabanillas también debieran contar con planchas vecinales izquierdistas con las que regenerar sus políticas municipales. Para lograr este ideal hace falta el esfuerzo de coordinación a través de los agentes políticos. Un esfuerzo que no están demostrando todavía algunos agentes políticos que por prudencia me reservo a nombrar. Por supuesto que este dardo no va dirigido al PSOE, que desde hace demasiado tiempo se convirtió en una sucursal madrileña que cambia traiciones a Navarra por promociones personales, olvidándose de sus orígenes, principios y bases. Ahora se han divorciado de la calle y de las organizaciones sociales mientras hablan de cambio, cuando su intención por desgracia siempre ha sido evitarlo.

Pedro Pérez Bozal
Portavoz adjunto de AFI en el Ayuntamiento de Fitero