Derogar la Ley Foral de Símbolos







Se ha anunciado recientemente que no existe acuerdo entre los cuatro partidos que apoyan al Gobierno para un proyecto o proposición de Ley que democratice y modernice la utilización de los símbolos de Navarra. Actualmente está vigente la Ley Foral de Símbolos 24/2003 de 4 de abril, que constituye un ejemplo de legislar de un régimen excluyente. Ya estamos en verano y se reproducirán pronto los debates, contradicciones y la falta de libertad. Caerán en ridículo hasta los juzgados, contradiciéndose.

Antes que la Ley Foral actual estuvo en vigor la de la nº 7/1986 de 28 de mayo y el Estatuto de Navarra, o amejoramiento, Ley Orgánica 13/82 de 10 de agosto ya había establecido 2 de los 3 símbolos, el escudo y la bandera en el Art. 7, olvidándose del himno.

La historia del desarrollo de la Ley Foral 7/1986 fue que poco a poco la libertad se fue abriendo cauce, como sucede siempre la solución de este contencioso es muy sencilla; es la libertad.

La libertad y consiguientemente la recíproca tolerancia. Eso lo tiene completamente asumido y superado la gente, es decir, la sociedad navarra pero no lo acaban de tragar algunas y algunos políticos que en vez de proponer y promover soluciones de progreso basadas en la libertad tratan de limitar y obstruir los deseos de la gente.

La Ley 24/2003 actualmente vigente es no solo retrograda, sino también ridícula en algunas de sus disposiciones y que sería inconstitucional, si quienes tienen potestad de llevarla al Tribunal Constitucional la llevasen. Todo el mundo sabía que el Art. 206 de la Ley Hipotecaria que fue derogado hace un año y que permitía a los “ordinarios”, es decir, a los obispos, inscribir bienes inmuebles a nombre de la iglesia en el registro de la propiedad era indiscutiblemente inconstitucional estuvo vigente decenios y decenios porque quienes podían llevarla al Tribunal Constitucional no la llevaron y al final se derogó por vergüenza social, pero sin efecto retroactivo.

Cuando la Ley Foral de Símbolos de 1986 empezó a ser objeto de repetidos pronunciamientos contra los Gobiernos de UPN, promulgaron la de 2003 que es una ley excluyente, retrógada, contraria a la libertad e inconstitucional, pero sobre todo ridícula. Basta mencionar un párrafo de su exposición de motivos y un par de artículos.

En la exposición de motivos párrafo cuarto se dice: “cuando un pueblo tan consistente (sic) históricamente como el navarro se ve, aunque sea en mínina medida, afectado por el rechazo o la descalificación para mantenerse con firmeza como Comunidad Singular Propia y Diferenciada, ve sus símbolos como auténtica representación comunitaria y no puede consentir que se vean menoscabados por la intolerancia de quienes pretenden imponer otros símbolos, de otras identidades contrapuestas, (sic) que puedan pretender dar carácter oficial a lo que, en todo caso solo es una fórmula de alternativa comunitaria posible y no probable (sic).

Son varios los artículos, que por su presuntuosidad caen en el ridículo, además. Así el artículo 3 empieza: “los símbolos de Navarra gozan de la misma protección jurídica que las leyes estatales confieren a los símbolos del Estado…”. El artículo 4 empieza: “Serán nulos de pleno derecho los actos y las resoluciones de cualquier corporación o autoridad que contradigan lo dispuesto en esta ley foral…”. Ni siquiera la Constitución tiene algo análogo.

La realidad es que la convivencia de los símbolos, igual que la convivencia en la sociedad navarra ha sido, es y será pacífica, tranquila y sin problemas. Así era en Pamplona cuando la ikurriña ondeaba junto con las demás banderas y el único problema estaba en las cerradas mentes de algunos políticos obsesos. Pero ¿por qué odio a la ikurriña? Porque, junto con la bandera roja, fue símbolo de la lucha antifranquista. No porque en la actualidad sea el símbolo de la CAV. De hecho a los del régimen no les importó nunca que las cadenas de Navarra figurasen en el escudo de España, que también se expone en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba; solo les importa si las ponen en el escudo de la CAV.

¿Qué hacer para el verano 2016? Si no es posible el acuerdo de un proyecto o proposición alternativa de ley de símbolos, por lo menos que se derogue la Ley Foral 24/2003. No pasa nada sin ley foral de símbolos. Al fin y al cabo la utilizan para recortar libertades y para infligir castigo económico a los ayuntamientos desafectos al régimen, lo que ya se ha corregido.

Patxi Zabaleta/Artículo originalmente publicado en Diario de Noticias de Navarra